EDUARDO NATES LÓPEZ
eduardonates@gmail.com
He sido crítico acerbo de Juan Manuel Santos y su insólita manera de gobernar desde el comienzo. Confieso que para no perder la objetividad trato de encontrar algún acierto y muy pocas veces logro encontrarlo. Pero el tema que vamos a comentar si es una de las “perlas” más finas y extrañas que haya producido este exótico personaje gobernante y quienes lo rodean.
Noticias de diversos medios, entre ellos El Tiempo -afín al gobierno- el pasado jueves 26 de octubre, dijeron algo así como: “Podría haber excarcelación por cultivos de coca hasta de 3,8 hectáreas.” Y en el desarrollo de la noticia explican que la propuesta está contenida en un proyecto de Ley que acaba de presentar el Ministro de Justicia, acompañando el cumplimiento de los acuerdos de La Habana.
La tormenta conceptual que ha desatado el asunto es similar a la climática que nos acosa en estos días de llegada del invierno. Han caído, por un lado, rayos y centellas, críticas y cuestionamientos, razonables casi todos, (incluyendo los de algunos miembros de gabinete). Y por otro, unas explicaciones oficiales del gobierno, insulsas y hasta ofensivas, tratando de hacer ver que somos los ciudadanos del común quienes no entendemos “la buena intención de algo tan elemental”… ¡Como si fuéramos pendejos!
El Fiscal General de la Nación, con quien a veces se puede coincidir y otras no, ha sido uno de los primeros en enfrentar con valentía y firmes argumentos al propio Presidente de la República, explicándole -casi que con plastilina- porqué ese proyecto de Ley es un exabrupto. Martínez Neira se declaró “aterrado” con el enfoque de la propuesta y los efectos que pueden lograrse, absolutamente adversos a los principios básicos de la lucha antinarcóticos que enfrenta el país.
Las cifras oficiales del Simci (Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos) muestran lo siguiente, en cuanto a área cultivada en los 11 departamentos más afectados de Colombia: año 2013 con 46.476 Has; 2014 con 67.737 Has; 2015 con 82.831 has; 2016 con 144.300 Has. Se estima que en finales de 2016 había en todo el país unas 146.00 Has sembradas. Si hacemos una proyección de esta curva al final del 2017, llegamos a una cifra aproximada a las 230.000 Has de cultivos ilícitos. (Posiblemente el Cauca esté aportando cerca de 23.000 al total nacional).
Dicen expertos en el tema que 3,8 hectáreas de coca pueden producir ocho kilos de base de coca por cosecha. Cuatro cosechas al año de 32 kilos de base, cada una, a $2 millones/kilo dan $64 millones al año, (Equivalente a $5,33 millones mensuales).
Vienen las preguntas elementales: ¿Cuál propietario de 3,8 hectáreas de tierra explotadas lícitamente se gana $ 5 millones trescientos mil pesos mensuales? ¿Cuál cultivo o explotación agropecuaria lícita produce $1.400.000/Ha/Mes? Si se me permite extrapolar las cifras a un ámbito más amplio, hago otras preguntas. ¿Cuántos profesionales con postgrados se ganan esa suma mensual? ¿Cuantos comerciantes o empresarios, pequeños y medianos, dueños de negocios legales se ganan tranquilamente $5.333.000 pesos mensuales? Entonces ¿No es esta (excusas de antemano) estúpida propuesta gubernamental una invitación formal a dedicarnos de lleno a la producción de coca? ¿Es digna de un Nobel de Paz? ¿Aprobará el Congreso esta Ley? ¿Somos o no una Narcodemocracia?
En términos de relaciones comerciales internacionales, ¿No suena totalmente absurdo que, estando a punto de ser “descertificados” (odioso pero ineludible condicionamiento para realizar negocios con nuestro mayor socio internacional), difícilmente logramos demostrar los esfuerzos sobrehumanos realizados para combatir el narcotráfico; y como conclusión, el gobierno sale a expedir leyes estimulantes de la producción de coca?
A este ritmo que están tocando, no suenan extrañas las palabras del escritor Fernando Vallejo en su discurso de días pasados, cuando dijo: ”…La enseñanza que nos deja este presidente…” (no soy capaz de repetir los calificativos que le aplicó) es: “¡Colombianos!: ¡A robar; a matar,… a traficar con coca, que la impunidad es la reina de Colombia”!
Una persona muy cercana a mí me dijo en estos días: “…Este presidente se deschavetó…y deja el país más descuadernado que nunca antes…”.
eduardonates@gmail.com
He sido crítico acerbo de Juan Manuel Santos y su insólita manera de gobernar desde el comienzo. Confieso que para no perder la objetividad trato de encontrar algún acierto y muy pocas veces logro encontrarlo. Pero el tema que vamos a comentar si es una de las “perlas” más finas y extrañas que haya producido este exótico personaje gobernante y quienes lo rodean.
Noticias de diversos medios, entre ellos El Tiempo -afín al gobierno- el pasado jueves 26 de octubre, dijeron algo así como: “Podría haber excarcelación por cultivos de coca hasta de 3,8 hectáreas.” Y en el desarrollo de la noticia explican que la propuesta está contenida en un proyecto de Ley que acaba de presentar el Ministro de Justicia, acompañando el cumplimiento de los acuerdos de La Habana.
La tormenta conceptual que ha desatado el asunto es similar a la climática que nos acosa en estos días de llegada del invierno. Han caído, por un lado, rayos y centellas, críticas y cuestionamientos, razonables casi todos, (incluyendo los de algunos miembros de gabinete). Y por otro, unas explicaciones oficiales del gobierno, insulsas y hasta ofensivas, tratando de hacer ver que somos los ciudadanos del común quienes no entendemos “la buena intención de algo tan elemental”… ¡Como si fuéramos pendejos!
El Fiscal General de la Nación, con quien a veces se puede coincidir y otras no, ha sido uno de los primeros en enfrentar con valentía y firmes argumentos al propio Presidente de la República, explicándole -casi que con plastilina- porqué ese proyecto de Ley es un exabrupto. Martínez Neira se declaró “aterrado” con el enfoque de la propuesta y los efectos que pueden lograrse, absolutamente adversos a los principios básicos de la lucha antinarcóticos que enfrenta el país.
Las cifras oficiales del Simci (Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos) muestran lo siguiente, en cuanto a área cultivada en los 11 departamentos más afectados de Colombia: año 2013 con 46.476 Has; 2014 con 67.737 Has; 2015 con 82.831 has; 2016 con 144.300 Has. Se estima que en finales de 2016 había en todo el país unas 146.00 Has sembradas. Si hacemos una proyección de esta curva al final del 2017, llegamos a una cifra aproximada a las 230.000 Has de cultivos ilícitos. (Posiblemente el Cauca esté aportando cerca de 23.000 al total nacional).
Dicen expertos en el tema que 3,8 hectáreas de coca pueden producir ocho kilos de base de coca por cosecha. Cuatro cosechas al año de 32 kilos de base, cada una, a $2 millones/kilo dan $64 millones al año, (Equivalente a $5,33 millones mensuales).
Vienen las preguntas elementales: ¿Cuál propietario de 3,8 hectáreas de tierra explotadas lícitamente se gana $ 5 millones trescientos mil pesos mensuales? ¿Cuál cultivo o explotación agropecuaria lícita produce $1.400.000/Ha/Mes? Si se me permite extrapolar las cifras a un ámbito más amplio, hago otras preguntas. ¿Cuántos profesionales con postgrados se ganan esa suma mensual? ¿Cuantos comerciantes o empresarios, pequeños y medianos, dueños de negocios legales se ganan tranquilamente $5.333.000 pesos mensuales? Entonces ¿No es esta (excusas de antemano) estúpida propuesta gubernamental una invitación formal a dedicarnos de lleno a la producción de coca? ¿Es digna de un Nobel de Paz? ¿Aprobará el Congreso esta Ley? ¿Somos o no una Narcodemocracia?
En términos de relaciones comerciales internacionales, ¿No suena totalmente absurdo que, estando a punto de ser “descertificados” (odioso pero ineludible condicionamiento para realizar negocios con nuestro mayor socio internacional), difícilmente logramos demostrar los esfuerzos sobrehumanos realizados para combatir el narcotráfico; y como conclusión, el gobierno sale a expedir leyes estimulantes de la producción de coca?
A este ritmo que están tocando, no suenan extrañas las palabras del escritor Fernando Vallejo en su discurso de días pasados, cuando dijo: ”…La enseñanza que nos deja este presidente…” (no soy capaz de repetir los calificativos que le aplicó) es: “¡Colombianos!: ¡A robar; a matar,… a traficar con coca, que la impunidad es la reina de Colombia”!
Una persona muy cercana a mí me dijo en estos días: “…Este presidente se deschavetó…y deja el país más descuadernado que nunca antes…”.
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