Desde que se promulgó la Constitución Nacional en 1991, quedó claro para los gobernantes del orden nacional y de los territorios, elegidos por la voluntad popular, que de ella se les deriva la obligación de abocar, en los 100 primeros días de mandato, la elaboración del correspondiente Plan de Desarrollo, tal como lo establece el artículo 32 de la Ley 152 de 1994, al determinar que las entidades territoriales “tienen autonomía en materia de planeación del desarrollo económico, social y de la gestión ambiental, en el marco de las competencias, recursos y responsabilidades que les han atribuido la Constitución y la Ley”.
En este orden de ideas, el Plan de Desarrollo Territorial, como instrumento de planificación, les permite a los gobernantes definir los programas y proyectos que ejecutarán durante su período de gobierno, guardando coherencia con las políticas y estrategias del Plan Nacional, y buscando hacer conciliar la propuesta que presentaron como candidatos y por la que salieron elegidos,
con las propuestas y/o pensamientos de quienes no le acompañaron, entendiendo que serán gobernantes de todos los habitantes del Departamento o del Municipio, no solo de los que lo eligieron, por lo que indefectiblemente tendrán que tener en cuenta, como principio esencial de la democracia.
Para alcanzar este propósito, la inclusión de todos los sectores para pensar y actuar sobre el territorio, es necesario y en buena hora esta semana, tanto el Gobernador Elías Larrahondo y el Alcalde Juan Carlos López, inician sendas reuniones en los distintos municipios el primero y en las comunas, veredas y corregimientos el segundo, para plantear a los ciudadanos los objetivos, metas y programas de su gobierno para los cuatro años de duración de su periodo, así como el Plan de inversiones a mediano y corto plazo.
Abiertos estos espacios a nivel departamental y local, para avanzar en la estructuración del Plan y
en la priorización de las inversiones que le faciliten su concreción, se constituye en un claro ejemplo de participación ciudadana en la construcción de la carta de navegación para el Cauca y Popayán para estos cuatro años, a la cual no se le puede rehuir, por lo que es fundamental que el mayor número de personas, movimientos sociales, sectores gremiales y empresariales participen de manera consciente y propositiva, deponiendo los intereses personales o de grupo ante los intereses colectivos y sociales, pensándonos más como región y localidad para lograr mayores niveles de bienestar, prosperidad, seguridad, convivencia, justicia social y equidad.
En este contexto, por las particularidades que tiene esta región, se vuelve imprescindible determinar, como uno de los principales componentes del Plan de Desarrollo, la construcción de Paz, como un proceso que propenda por la superación del uso de la violencia como medio para resolver los conflictos, impulsar el diálogo social y alternativas de desarrollo económico y social sostenibles, amigables con el medio ambiente y la legalidad, en este aspecto no se puede dar tregua ya que todos los esfuerzos y expectativas de inversión se ven abruptamente afectados por el clima de zozobra, incertidumbre e inseguridad que se transpira en los cuatro puntos cardinales.
Este ejercicio participativo de planeación debe posibilitar a caucanos y payaneses a trabajar con visión estratégica, tal que este esfuerzo no se vaya a diluir en el cumplimiento parcial de las promesas de campaña, pues ésa ya pasó y se está ahora en la etapa de las realizaciones, de las cuales la historia dará cuenta de ello.
En este orden de ideas, el Plan de Desarrollo Territorial, como instrumento de planificación, les permite a los gobernantes definir los programas y proyectos que ejecutarán durante su período de gobierno, guardando coherencia con las políticas y estrategias del Plan Nacional, y buscando hacer conciliar la propuesta que presentaron como candidatos y por la que salieron elegidos,
con las propuestas y/o pensamientos de quienes no le acompañaron, entendiendo que serán gobernantes de todos los habitantes del Departamento o del Municipio, no solo de los que lo eligieron, por lo que indefectiblemente tendrán que tener en cuenta, como principio esencial de la democracia.
Aspecto a lograr con la puesta en marcha de profundos procesos de inclusión, para que él como gobernante, en la ejecución de los programas y proyectos que integren el Plan, sea capaz de ejercer liderazgo para que los distintos sectores participen proactivamente en alcanzar las metas que queden consignadas en el Plan.
Para alcanzar este propósito, la inclusión de todos los sectores para pensar y actuar sobre el territorio, es necesario y en buena hora esta semana, tanto el Gobernador Elías Larrahondo y el Alcalde Juan Carlos López, inician sendas reuniones en los distintos municipios el primero y en las comunas, veredas y corregimientos el segundo, para plantear a los ciudadanos los objetivos, metas y programas de su gobierno para los cuatro años de duración de su periodo, así como el Plan de inversiones a mediano y corto plazo.
Abiertos estos espacios a nivel departamental y local, para avanzar en la estructuración del Plan y
en la priorización de las inversiones que le faciliten su concreción, se constituye en un claro ejemplo de participación ciudadana en la construcción de la carta de navegación para el Cauca y Popayán para estos cuatro años, a la cual no se le puede rehuir, por lo que es fundamental que el mayor número de personas, movimientos sociales, sectores gremiales y empresariales participen de manera consciente y propositiva, deponiendo los intereses personales o de grupo ante los intereses colectivos y sociales, pensándonos más como región y localidad para lograr mayores niveles de bienestar, prosperidad, seguridad, convivencia, justicia social y equidad.
En este contexto, por las particularidades que tiene esta región, se vuelve imprescindible determinar, como uno de los principales componentes del Plan de Desarrollo, la construcción de Paz, como un proceso que propenda por la superación del uso de la violencia como medio para resolver los conflictos, impulsar el diálogo social y alternativas de desarrollo económico y social sostenibles, amigables con el medio ambiente y la legalidad, en este aspecto no se puede dar tregua ya que todos los esfuerzos y expectativas de inversión se ven abruptamente afectados por el clima de zozobra, incertidumbre e inseguridad que se transpira en los cuatro puntos cardinales.
Este ejercicio participativo de planeación debe posibilitar a caucanos y payaneses a trabajar con visión estratégica, tal que este esfuerzo no se vaya a diluir en el cumplimiento parcial de las promesas de campaña, pues ésa ya pasó y se está ahora en la etapa de las realizaciones, de las cuales la historia dará cuenta de ello.
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