El norte del Cauca ¿la tormenta perfecta?

GUILLERMO ALBERTO GONZALEZ MOSQUERA
guialgon@yahoo.com

Bajo esta denominación ha hecho una interesante crónica la revista Semana en su última edición. Alude al título de una película en la cual confluyen en una población del centro de los Estados Unidos, todos los factores para que se desarrolle una catástrofe de grandes proporciones. El símil con el norte del Cauca no deja de ser inquietante, porque la actual situación de la zona es la confluencia de factores que agravan el problema. No es únicamente la violencia de los grupos armados, sino también la lucha indígena por la tierra, las demandas de las organizaciones afro, la presencia de cultivos ilegales y la inseguridad reinante en los 13 municipios que conforman la zona.

La creación del CRIC en 1971 trazó el camino para la expansión de los resguardos, muchas veces con el empleo de la fuerza taponando carreteras e invadiendo decenas de fincas que el gobierno termina comprando.

La más famosa de todas las tomas se ha realizado en los previos de la Emperatriz, una hacienda que aún permanece en poder de la fuerza pública y que se ha constituido en el símbolo de la lucha indígena, sobre todo a raíz de la toma de la hacienda El Nilo en Caloto que tuvo un desenlace fatal en el que murieron 21 indígenas a manos de paramilitares. El estado asumió su responsabilidad ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, (CIDH) en la que se comprometió a entregar 15.000 hectáreas a los indígenas sin que se haya cumplido  el mandato hasta el momento.

Los problemas se agravan con dos hechos que importa mencionar: el aumento de las siembras de narco cultivos y las tomas de la Panamericana en el marco de un dialogo que no avanza. Los ingenios azucareros han visto disminuir la superficie cultivada, al mismo tiempo que los afros-que constituyen la mayoría de la población, reclaman las zonas de reserva y muchos de ellos están comprometidos con la minería ilegal que agobia la región.

Mencionamos, sin embargo, el caso del municipio de Toribio que si bien está afectado por la presencia de narco cultivos (marihuana) tiene una floreciente industria pesquera y una apreciable población ganadera. El indígena páez Alcibíades Escue quien a la vez es alcalde de su municipio y dirigente indígena viene realizando una tarea destacada en el sector productivo con la truchi cultura y la lechería, y afirma que ´´tenemos hasta ocho personas trabajando una hectárea´´ Hay que abonar  a este dirigente indígena que le abrió posibilidades económicas a muchos habitantes que hoy disfrutan de un ingreso así sea escaso. En Tacueyó  se producen 10 toneladas de truchas al mes y la producción va en aumento de la mano de empresas como La 14. Escue es un experto en resolución de conflictos y su trabajo es reconocido por las autoridades políticas y de la región. La pregunta es si todo esto podrá tener una compensación en las mafias que azotan la región con grupos criminales y si los acuerdos de la Habana pueden tener cumplimiento en esta zona afectada por todos los factores que constituyen la ´tormenta perfecta´.

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