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Los pueblos que vibran con su identidad trascienden al
riesgo de su extinción, se yerguen frente a las dificultades, superan la
catástrofe, el frío, el hambre y la guerra, se alumbran con sus ideas, su
religiosidad, sus creencias, atados a sus nacionalismos como razón de ser de su
caminar en la tierra, con un idioma, un arte, una manera de sentir y de pensar;
para consolidar sus objetivos actúan con la seguridad de accionar en busca de
lo fundamental, dentro de una estrategia de unidad.
El relato bíblico en las religiones y las historias
universales, no son otra cosa, que la información sobre como el desarraigo y la
anarquía en los pueblos precede a la superación de los intereses colectivos por
los individuales; como se trata de establecer hoy en el Cauca, poniendo en
riesgo un acumulado cultural y económico, que se puede perder en el laberinto
de formas clientelares que asoman en la región haciendo uso inadecuado de lo
público.
Algunas características desaparecen y otras se esfuman en el
acontecer social, por el proceso lógico de mutar algunos comportamientos, pero
la esencia cultural de un pueblo no puede cambiar porque se disponga de dinero
para doblegar a ciudadanos por las necesidades económicas y menos cuando su
procedencia está acompañada de la duda de corresponder a los impuestos de todos
los ciudadanos.
Más triste para el Cauca, cuando se suponía personajes del
equipo de Sancho Panza, así fuera mostrando su alforja, algo dirían en defensa
de una población que en su ingenuidad ha caído en los engaños de creer que la
inversión pública, se hace por la influencia de ciertas benevolencias.
Cuestionable
cuando el señor Cárdenas, representante a la cámara, le dice a la población que
él, es un gran personaje porque logro la construcción de un- puente peatonal-
en el municipio de Piendamo, que pobreza de gestión, la vergüenza se fue por el
sumidero.
La identidad de los Caucanos, obliga apelar al acumulado de
la historia, la costumbre y la tradicion, la dignidad y el orgullo deben ser
parte de la herencia para el futuro, la sumisión solo es característica de los
cobardes y aquí hay pocos.
Nadie caerá en el
engaño de quienes infringieron una dura reforma tributaria aumentando el IVA al
19 % y casi acaban con una de las pocas empresas emblemáticas, la Industria
Licorera del Cauca. Está pendiente el deber de comunicar en donde invirtieron
los llamados “cupos indicativos”, para el Cauca.
La acción debe corresponder a la recuperación de la
identidad, como sentimiento de CAUCANIDAD. Actuar por esta tierra, que nos ha
legado toda una riqueza histórica, es precisamente una muestra de identidad.
Dejar para que otros lo hagan, no es la posición del
momento, seria degradante y vergonzoso, más ahora cuando se ciernen para el
Cauca, tantas posibilidades. El café aparece como una labor de redención, al igual otros
cultivos de la producción agropecuaria, la construcción aumenta su porcentaje
de participación, la manufactura y la industria, así como los servicios
públicos, muestra de la gran capacidad de superación de los sectores sociales y
económicos del departamento, entonces como así que unos “engaña ingenuos”, foráneos
además, pretendan mentir de nuevo.
Este proceso no puede dejarse en manos de quienes han hecho
de la política su fuente de riqueza, una cosa es la acumulación de capital por
el crecimiento de actividades productivas, otras son las fortunas que aparecen
de un día para otro, que se pretenden multiplicar comprando conciencias, este
territorio es la reserva de varias generaciones, y no podrán mancillar ese
esfuerzo los avivatos del día, porque tienen la señal de la infamia.
El pueblo Caucano,
humilde, altivo y diverso, tiene dignidad, para demostrar su resistencia como
lo ha hecho en diversas páginas de su historia. No entiende de “las aguas
tibias”, no participa de las “complicidades silenciosas” de la corrupción. Con
sus arrestos es capaz de levantar con pujanza su identidad de las peores
circunstancias, así algunos se arropen en el nido de las “lealtades
alcahuetas”.
En el Cauca la identidad es una bandera. No se puede perder
la laboriosidad comprometida con el desarrollo. Solo la acción decidida, valerosa
y transparente puede salvar de la catástrofe.
El Cauca es el departamento más despistado del país. Siendo el más diverso, luego el más rico. Los modelos son obsoletos o falsos. Aquí no hay indios, hay Amarillos, aquí hay Negros, no afros, aquí hay hispanoamericanos no latinoamericanos. Resolver la identidad es el primer deber.
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