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El señor Freddy Contreras, taxista de profesión y autodenominado líder del gremio a nivel nacional, cometió un desafuero al enviar un mensaje en tono de burla a las personas que han venido trabajando en el servicio de transporte a través de la plataforma Uber, pero, además, ha cometido un acto de discriminación inaceptable en contra de las mujeres que prestan ese servicio.
El citado conductor, menospreció los oficios de lavandería y el servicio doméstico, considerando que son aquellos que corresponden a las mujeres y a los que deberían dedicarse las conductoras de Uber. Fue tan molesto su despropósito, que tendió una cortina de humo sobre el verdadero objeto de debate, como es la controversia sobre la legalidad del servicio de transporte que prestan Uber y otras plataformas utilizando para ello vehículos particulares y la necesidad de legalizar tales servicios, tema que pasó a un segundo plano en los medios de comunicación, por cuanto el país entero ha discutido los comentarios de Freddy y su reacción frente a los reclamos de diferentes personas naturales y jurídicas.
El taxista paso de ser un conductor anónimo e irresponsable, a ser una celebridad nacional, celebrado por unos y censurado por la mayoría. De manera particular me ha molestado la actitud del conductor, por cuanto el único empleo que desempeñó mi señora madre en toda su vida fue el de trabajadora del servicio doméstico y a través de ella aprendí a estimar la dignidad de ese oficio y el valor social del mismo, pues hay muchos hogares de nuestro país que tiene bastante que agradecerle a las mujeres que han dejado a sus pequeños hijos abandonados a su suerte en la soledad de un hogar humilde, mientras ellas dedican la mayor parte del día para garantizarle seguridad, educación y bienestar a los hijos de sus empleadores. Recuerdo a una tía a quien en agradecimiento por sus servicios de nana, una familia del sur de Cali le regaló una casa en el sector del Valle de Lilí, seguramente para compensar todo lo que ella les dio. Esas mujeres, merecen reconocimiento y respeto, pues quizás muy pocas realicen una labor de mayor valor social, por tanto, me parece que los comentarios del taxista, además de menospreciar a estas trabajadoras, discriminan a las mujeres y evidencian su falta de educación.
Alguien que piensa y se expresa así, no puede ser líder de ningún colectivo, ni siquiera merece ser prestador de un servicio público tan importante como es el transporte de pasajeros. A todas las mujeres de Colombia y en especial a las que prestan servicios de transporte y domiciliario, les ofrezco disculpas por las ofensas del señor Freddy Contreras, pueden estar seguras de que la mayoría de los hombres en este país rechazamos esos comentarios. Esperemos que pronto el Congreso de la República, por iniciativa del Gobierno Nacional, expida la ley reglamentaria del servicio público de transporte de pasajeros a través de las plataformas tecnológicas, que hoy tanto necesitamos y que seguramente redundará en beneficio de todos.
Estoy seguro que desde el cielo mi señora madre estará elevando plegarias y pidiendo bendiciones por todas sus colegas, que de manera abnegada y honesta seguirán prestando su humilde pero valioso servicio, en estos tiempos tan difíciles de nuestra patria.
Felicitaciones por el artículo. También repudio los comentarios machistas de Freddy C.
ResponderEliminarMuy acertado su comentario, doctor Harold. A veces las personas se creen con la autoridad moral de denigrar a los demás. Pienso que es hora de dejar a un lado, los desaciertos de este señor y enfocarnos en el problema inicial, como bien usted lo mencionó. Un fuerte abrazo y bendiciones.
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